sábado, 24 de noviembre de 2012

EMOCIONES EN LOS NIÑOS


El desarrollo de la inteligencia emocional en la escuela es fundamental ya que la educación sin sentimientos es una mera instrucción que no tiene eco en los alumnos y que no abarca en la totalidad de la persona. Para que los aprendizajes sean interiorizados y generalizados es necesario tener en cuenta los sentimientos, las experiencias y vivencias de los alumnos, y así presentárselos de forma significativa para ellos.

La educación ha de desarrollar tanto la vida intelectual como la emocional puesto que actualmente se apuesta por una educación integral de la persona, y el ser humano consta de ambas partes.

El aprendizaje y el desarrollo de las habilidades sociales se hace imprescindible para socializar e interiorizar las formas de conducta para afrontar las situaciones. Estas habilidades han de ser enseñadas desde la infancia porque su desarrollo y mantenimiento, requiere de la intervención consciente y planificada de los agentes educativos, de entre ellos destaca la escuela.

Para el desarrollo de las capacidades sociales los niño necesitan aprender a reconocer las situaciones sociales, las necesidades de los otros niños y las suyas y responder de forma adecuada. 
Esto es importante porque el rechazo de los compañeros en la niñez contribuye al fracaso escolar o deficiencias en el aprendizaje.



En casa, los padres pueden ayudarles a desarrollarlas, empezando por hablar abiertamente con ellos de nuestros sentimientos. Esa es la mejor manera de enseñarles a comprender y comunicar sus emociones y las de los demás, y esto facilitará su interacción social.


DINÁMICAS PARA LA EXPRESIÓN DE SUS EMOCIONES 


El osito sentimental

Esta dinámica tiene por objeto la solución de problemas. Ayuda a la expresión de sentimientos, solidaridad y superación. Es adecuada para niños de 3 a 5 años.

Esta actividad es útil cuando alguno de los niños del grupo está triste, enojado o con miedo. Enseña que las experiencias que producen emociones fuertes como éstas, son parte de la existencia humana.

También enseña a los niños que aprender a expresar estos sentimientos nos ayuda a entendernos unos a otros. El OSITO se convierte en un excelente ayudante del docente para conversar acerca de problemas, conflictos y su resolución.

Lo único que necesita es un osito de peluche.

Instrucciones:

Preséntele a los niños el osito de peluche y juntos pónganle un nombre. Se le inventa al osito una historia y se les dice como llegó al colegio. Enfatizar que es un osito muy especial que les va hablar sobre sentimientos de tristeza, rabia y miedo.

Colocar a los niños en círculo y comenzar la discusión diciendo algo como: "vamos a jugar o a pretender que el osito está muy triste hoy. ¿Qué creen Uds. que le pasó al osito?. El osito sentimental

Invite a los niños a describir que creen ellos que le pasó al osito. Se puede comenzar la historia como sigue a continuación: "el osito está triste porque un amigo de él se está mudando a una ciudad diferente", "el osito tiene miedo hoy porque un vecino más grande que él quiere golpearlo", "el osito está muy enojado porque alguien rompió su juguete favorito".

La idea es hacer que el problema del osito sea similar a un problema que tenga alguno de los niños del grupo, pero no hay que duplicar exactamente las circunstancias. Evite que los ejemplos sean tan dolorosamente crueles que en lugar de ilustrar puedan alarmar a los niños. Los niños se pueden beneficiar de la discusión oyendo y ofreciendo sus propias opiniones.

Se pide a los niños que ofrezcan ideas que puedan ayudar al osito. Pedirle a los niños que le digan al osito como él puede solucionar su problema. Alguno de los niños le puede querer dar un abrazo al osito. Luego se da las gracias a los niños por las ideas aportadas.

Comentarios:
No se debe abusar de este tipo de actividades, hay que balancear la discusión de estos sentimientos con otros más positivos como la alegría, la felicidad, etc.

El RELOJ DE LAS EMOCIONES

Sobre un círculo de cartulina, enganchamos las imágenes de diversos niños que muestran diferentes emociones (alegría, tristeza, sorpresa, enfado, vergüenza, etc), y en el centro enganchamos una flecha que pueda girar.  Una vez tenemos el reloj construido, podemos hacerlo servir para diferentes actividades:
Explicamos un cuento: a medida que narramos el cuento, los alumnos colocan  la flecha en una u otra emoción, en función de las situaciones y sentimientos que estaba atravesando el personaje del cuento que se está  contando. Para evitar disputas, se puede establecer un orden para mover la aguja del “reloj”.
En asamblea comentamos cosas especiales que hayan pasado en clase: si un niño ha tenido un hermanito, y lo explica, puede poner su nombre encima de la cara contenta, y la flecha señalándola. Si otro alumno ha tenido se ha enfadado con otro, se hará lo mismo con las caras enfadadas o tristes. Se pueden aprovechar los acontecimientos de la semana para trabajar las emociones con los pequeños y de esta manera hacerles conscientes de cómo se sienten.

El panel de las normas

Sobre una cartulina se preparan dos columnas: una para las situaciones que nos ponen alegres y otras para las que nos ponen tristes. Seleccionamos imágenes con acciones diversas que nos pongan contentos y tristes (pegar nos pone tristes, compartir nos pone alegres, gritar nos pone tristes, etc.), y lo comentamos en asamblea enganchándolas en el lugar que le corresponde.  Lo bueno de esta actividad son las nuevas aportaciones de los niños que se salen de las propuestas iniciales; así añadimos  propuestas de los alumnos: sacarse mocos, romper las cosas (que se deciden donde se han de colocar).

LOS CORAZONES DE LOS SENTIMIENTOS

Se preparan unos corazones, y cada uno de ellos lleva pegado una fotografía de una expresión recortada de una revista (triste, contento, enfadado). Cada día en asamblea hacemos la pregunta: ¿cómo me siento hoy? Los niños han de elegir el corazón de la expresión que se ajusta más a cómo se sienten y explican el por qué.  Con esta actividad los pequeños expresan oralmente sus emociones y les ayuda a aprender a ser conscientes de ellas y que se siente con cada una.

1 comentario:

  1. El tema de las emociones en los niños lo encuentro de vital importancia, tal y como describe el artículo. Creo que es super importante concienciar a los docentes, las famílias y la sociedad en general de ello, para poder así saber tratar a nuestros niños. Además, añadiria que no tenemos que juzgar las emociones o sentimientos de los pequeños, ya que si lo notan, ya no son libres en la expresión de ellos. De hecho, muchas veces sentimos cierta rabia o enfado delante de una rabieta de un niño, y en realidad, creo que nos tendríamos que mostrar cercanos para poder ayudarlos, ya que el niño responde con una rabieta, pero muchas veces es porque no tiene más respuestas, porque no las ha aprendido aún. Si nos mostramos abiertos a entenderlo, y además lo verbalizamos, se sienten más tranquilos y más dispuestos a hablar de la rabia que estan sintiendo. Una de las cosas que me ha gustado de este artículo es que da ejemplos y juegos para resolverlo, cosa que a veces cuesta de encontrar, un ejemplo que ayude a solucionarlo.

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